Llegar a tercero de primaria seria uno de los cambios mas brutales de
mi vida. Con apenas 8 o 9 años nuestra profesora resulto ser una
mujer muy mayor para los niños a los que tenia que enseñar y eso suponía
una diferencia de costumbres brutal.La mujer olia bien, todas las
profesoras de allí tenían un olor dulzón que daba la impresión de que se
cuidaban.
Yo era... ¿Como decirte? Una niña risueña y coqueta, estaba
realmente empanada y no tenia ningún tipo de preocupación (ya no recuerdo
lo que era eso) Yo llegaba a clase hacia los ejercicios, hablaba con
mis amigas, miraba a los chicos con curiosidad lo típico y No era una
chica concentrada y atenta y por supuesto no las cogía al vuelo porque
mi pequeño mundo en el que todo era bello era mil veces mas interesante
pero bueno aprendía como todos los demás.
Hoy lo miro con perspectiva y veo el porqué del primer disgusto de mi vida.
Marita
que se llamaba esta mujer, era una señora en toda regla y como todas
las mujeres de su edad mas bien estrictas resulto ser también una hija
de puta en toda regla que premiaba los muy listos y muy atentos y
despreciaba a los que no lo eramos tanto, se la caía la baba con las
niñas bonitas de clase.
Pero conmigo fue una persona horrible, en mi casa señores, mi
madre ha sido una trabajadora hasta muy tarde y mi padre, soporífero
hasta la muerte, lo que implicaba que mi hermano era el único que podía
resolverme las dudas de clase y resultaba ser el que menos paciencia
tenia .
Así que yo llegaba a clase sin mis ejercicios hechos porque nos los comprendía y para colmo las matemáticas nunca fueron lo mio.
Bueno ya os podéis imaginar la reacción de esta mujer: ¡ No haces
nada!, y cuando yo le explicaba que no lo comprendia ella con toda su
cara me decía como era posible que no lo entendiera, y lo recuerdo como
si fuera ayer, me gritaba delante de todo mis compañeros hasta un punto
vergonzoso, cada vez que lo hacia me entraba sueño y ganas de dormir del
palizón de sus gritos.
Un día tras otro y tras otro me dejaron huella, porque esto no
lo recordé hasta años después que salio en una conversación y mi madre
me lo contó.
Mi madre me decía que llego de trabajar y le enseñe un dibujo,
un juego del ahorcado y la dije con toda la tristeza que yo era ese
monigote que pendía de la cuerda. Con aquella conversacion recordé
inclusive los colores de aquel dibujo.
¿Qué es lo que hizo aquella profesora?
Me bloqueo, me hizo sensible, me avergonzó y provoco que tuviera
un miedo terrible a relizar ejercicios delante de toda la clase y pánico
a ir al colegio.
Pero también me saco de la niñez consiguió que madurara a mayor velocidad y por eso soy quien soy.
No quita que siga odiando a esa perra
¡Bravo! en la asignatura de la vida te daba yo un diez, pero lastimosamente yo también soy un estudiante como tu, solo se que de ti aprendí que de todo se aprende.
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