Con sinceridad

martes, 21 de febrero de 2012

Quien soy. momento nº1 año 1999

Llegar a tercero de primaria seria uno de los cambios mas brutales de mi vida. Con apenas 8 o 9 años  nuestra   profesora resulto ser una mujer muy mayor para los niños a los que tenia que enseñar y eso suponía una diferencia de costumbres brutal.La mujer olia bien, todas las profesoras de allí tenían un olor dulzón que daba la impresión de que se cuidaban.


Yo era... ¿Como decirte? Una niña risueña y coqueta, estaba realmente empanada y no tenia ningún tipo de preocupación (ya no recuerdo lo que era eso) Yo llegaba a clase  hacia los ejercicios, hablaba con mis amigas, miraba a los chicos con curiosidad lo típico y  No era una chica concentrada y atenta y por supuesto no las cogía al vuelo porque mi pequeño mundo en el que todo era bello era mil veces mas interesante pero bueno aprendía como todos los demás.


Hoy lo miro con perspectiva y veo el porqué del primer disgusto de mi vida.

 Marita que se llamaba esta mujer, era una señora en toda regla y como todas las mujeres de su edad mas bien estrictas resulto ser también una hija de puta en toda regla que premiaba  los muy listos y muy atentos y despreciaba a los que no lo eramos tanto, se la caía la baba con las niñas bonitas de clase.


Pero conmigo fue una persona horrible, en mi casa señores, mi madre ha sido una trabajadora hasta muy tarde y mi padre, soporífero hasta la muerte, lo que implicaba que mi hermano era el único que podía resolverme las dudas de clase y resultaba ser el que menos paciencia tenia .


Así que yo llegaba a clase sin mis ejercicios hechos porque nos los comprendía y para colmo las matemáticas nunca fueron lo mio.


Bueno ya os podéis imaginar la reacción de esta mujer: ¡ No haces nada!, y cuando yo  le explicaba que no lo comprendia ella con toda su cara me decía como era posible que no lo entendiera, y lo recuerdo como si fuera ayer, me gritaba delante de todo mis compañeros hasta un punto vergonzoso, cada vez que lo hacia me entraba sueño y ganas de dormir del palizón de sus gritos.


Un día tras otro y tras otro me dejaron huella, porque esto  no lo recordé hasta años después que salio en una conversación y mi madre me lo contó.


Mi madre me decía que llego de trabajar  y le enseñe un dibujo, un juego del ahorcado y la dije con toda la tristeza que yo era ese monigote que pendía de la cuerda. Con aquella conversacion recordé inclusive los colores de aquel dibujo.


¿Qué es lo que hizo aquella profesora?


Me bloqueo, me hizo sensible, me avergonzó y provoco que tuviera un miedo terrible a relizar ejercicios delante de toda la clase y pánico a ir al colegio.


Pero también me saco de la niñez consiguió que madurara a mayor velocidad y por eso soy quien soy.

No quita que siga odiando a esa perra

1 comentario:

  1. ¡Bravo! en la asignatura de la vida te daba yo un diez, pero lastimosamente yo también soy un estudiante como tu, solo se que de ti aprendí que de todo se aprende.

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